Translate

15.5.El Caballo Peruano de Paso Sus Pisos y Enfrenadura Primera Parte.




Por: Wenceslao Rosell Urquiaga.
CAPITULO I.
Generalidades.
Hay personas que con respecto a la enfrenadura del caballo nacional dicen ser poseedores de secretos, y como nunca suelen comunicarlos, se van perdiendo en forma lamentable para las futuras generaciones. Están ellas relacionadas con aquello que los criollos llaman enfrenadura del caballo nacional, y que, por no haber al respecto nada escrito que yo sepa, ello también me ha decidido a escribir este folleto llevando al ánimo de mis amigos lectores el convencimiento de que el enfrenar no es cosa baladí o empírica que se puede hacer al acaso o al capricho cuando se ignoran las causas de los movimientos, que se piden al animal o aquellos que se les enseña, realizándose la susodicha enfrenadura por mera imitación y nada más, pero sin el cuidado paternal, digamos así, y arte necesario: cuidado y arte que solo los dan la vocación innata del jinete o equitador instintivo, valga decir, que son muy raros.
La ciencia de conocer y guiar el caballo es compleja por su naturaleza misma. Y, sabido es que hay dos métodos para llegar al conocimiento de toda verdad científica: observación y experiencia.
Pues bien, mi experiencia y observaciones me hacen opinar que debe tenerse como axioma de enfrenadura y equitación que, para educar este animal, noble compañero del hombre, todo aficionado debe tener presente que da mejor resultado y es más positivo usar continuamente de solicitudes y caricias que emplear equivocado rigor.
La causa de esta ley deriva de que en el sutil instinto de la bestia predomina el factor recuerdo sobre el factor inteligencia. Muchas veces he comprobado que el caballo recuerda siempre una caricia oportuna y no olvida fácilmente el castigo indebido.
Entre los árabes, que son los jinetes que más aprecian y sienten, a la par que saben agradecer los servicios del caballo, se observan proverbios muy bellos y comparaciones distintas como: "solicita la limosna de la mano de una mujer", “con sus cascos hiere a su enemigo en la cara".
El aficionado no debe ignorar tampoco que el caballo, a través de la historia universal, ha sido muchas veces el elemento decisivo en grandes acontecimientos y en los más novelescos actos bellísimos y elegantes, privados al ser humano. La clásica época caballeresca de la edad media ha dado al hombre un nuevo nombre: “Caballero”, título bastante de cortesía, nobleza y finura, derivados, sin disputa, de la admiración con que se mira al hombre que está montado arrogantemente a caballo.

Por estas razones no me cansaré de recomendar que a toda obediencia de lo pedido al caballo o al ejecutar éste el movimiento con el equilibrio buscado, debe de inmediato el jinete acariciarlo, recompensarlo con azúcar -pues es muy goloso-, sin el temor de lo que se dice cuando al hombre se le recompensa o aplaude su obra de bien: "cuidado que se puede engreír como una bestia". En esto el caballo nos enseña que no se engríe como la generalidad de los hombres, sino que se muestra contento, toma alegría y se adorna al hacer las cosas bien.


Cuantos ejemplos se podrían tomar de los llamados despectivamente bestias, en el sentido de agradecimiento. A propósito de recompensa y engreimiento voy a narrar dos casos curiosos, por tener testigos para citar.
El uno: Durante ocho años que tenía yo a “Tarzán" acostumbraba al llegar o salir de "Matazango" -fundo donde trabajo- de saludarlo y despedirme, y en el resto del día por tenerlo muy cerca lo acariciaba al pasar o le daba la voz, y lo montaba diariamente. Bien, en 1941 adquirí en Buenos Aires un caballo de raza Orloff, negro entero de color, y en los primeros días de tenerlo en "Matazango", por la novedad y deseo de saber lo que daba, a diario entraba a su box, le llamaba por su nombre ("Otello") y le daba azúcar, y por supuesto lo montaba, comenzando su educación. "Tarzán" de quien me olvidé en esos días miraba por la ventana de su box, vecino.
A los 8 o 10 días de esto entré al box de “Tarzán" y pasando al interior como de costumbre lo llamo por su nombre, y al no acercarse lo llamo con imperio y le miro la cara, la que tenía una expresión de fiereza, todos los músculos contraídos, y a poco tira las orejas atrás y se me viene a tarascadas. Me defendí lo que pude con el sombrero y al no dominarlo llamé al mayordomo de la chacra don Federico Carrillo, que estaba cerca, quien al entrar al box consiguió hacerlo retirar. No lo castigué, le hice cariño y desde entonces, aunque no lo monte, lo acaricio. ¿Piensan o no los caballos para que les despierten y manifiesten los celos?
El otro: De esto hace solo un mes. Despierto a media noche fatigado por una terrible pesadilla en la que estaba viendo que "Tarzán" se moría, le cuento a mi señora y continúo durmiendo. Al día siguiendo en la mañana estando en la Hacienda Puente, les digo a los señores Mario L. Cánepa y César Victorelli: que maltratado estoy por la mala noche, y les cuento la pesadilla. Transcurre el día sin ir a "Matazango" a pesar de tener un constante deseo de hacerlo. Al fin, tarde ya cerca de las 6 p. m., estando en Lima salgo para "Matazango” y al bajar del auto le digo a Genaro Carrillo -cuidador de "Tarzán"-, cuida mucho al “viejo", que así le llamo a "Tarzán”, porque anoche lo he soñado que estaba muriéndose y me contestó "está muy bien"; busco al mayordomo don Federico para averiguar lo del día y a poco viene Genaro y me dice; "Señor, Tarzán está muy mal" . Entro al box y lo encuentro rígido sin ningún movimiento, efectivamente se estaba muriendo. Quiso la suerte que diagnosticara una retención de orina, lo trato como tal y más o menos a las 9 de la noche, consigo que evacue la vejiga, e inmediatamente da casi un relincho y comienza a morderme la manga y solapas del saco, forma que tiene de acariciarme ¿Fue esto o no una transmisión de pensamiento?

CAPITULO II
Constitución y características 

LA CABEZA
La cabeza descarnada, algo pequeña, perfil recto y ligeramente curvado (siendo el perfil acarnerado, también característico), el hocico breve, la quijada fuerte, pronunciada y redondeada; la cabeza es de frente amplia y hocico estrecho (cabeza de ataúd). La oreja es pequeña, suave, móvil, flexible y acaracolada. La frente amplia, ligeramente combada, los ojos redondeados y tranquilos se hallan bien separados y se encuentran situados en la parte más baja de la frente, los ollares son alargados con el ala externa pronunciada. La boca es pequeña, de labios delgados y mentón recogido. Encontrándose las ramas de la quijada fuertemente separadas.
EL CUELLO
El cuello corto, grueso y convexo, musculoso y flexible con abundante crin sedosa.
EL DORSO
La cruz poco saliente y carnosa; el dorso ligeramente ensillado, ancho y moderadamente corto, modelando un amplio tórax; el riñón es corto, ancho musculoso. La grupa ligeramente inclinada, ancha y algunas veces partida. Pecho amplio, sobresaliente, con encuentros muy separados, correspondiendo a un tórax profundo con costillares bien arqueados. La espalda es un poco inclinada, el brazo y antebrazo musculosos y firmes. Los costillares largos y fuertemente arqueados dan gran amplitud torácica. La ijada y vientre son cortos y redondeados. La cola de crin espesa y ondulada con inserción moderadamente baja y pegada a las nalgas, las que son alargadas descendiendo hasta cerca de los corvejones, que son acodados y secos. La rodilla es amplia y fuerte proporcionada en relación con los miembros, las cañas son cortas con tendones rectos y destacados. Los nudillos redondeados y secos, las cuartillas finas, ligeramente inclinadas dando la sensación de flexibilidad. Los cascos son cortos y duros. La piel es suave, delgada, cubierta con pelo fino y brillante, siendo los pelajes de color entero los más buscados, así como los moros y almendrados.

CAPITULO III
Descripción de su andar
Para que sea más claro este tema que por las opiniones en contrario que me han sostenido algunos aficionado, pues yo sostengo que su avance es lateral y su apoyo es diagonal, saliendo o siendo el resultado del intermedio de estos dos extremos, del trote que su avance es diagonal y simultáneo la levantada de tierra del posterior derecho y del anterior izquierdo, y del "huachano" que su avance es lateral o sea posterior derecho y anterior derecho con la misma simultaneidad que el trote, paso a describir el "caballo motor', que está formado por:
1º -Un regulador.- de la velocidad en la marcha y éste es la cabeza: a mayor altura menor velocidad.


Este regulador tiene un punto neutro para no permitirle el apoyo en el bocado (cargarse) ni destapar (nariz al viento).
Este punto neutro todos los caballos lo tienen, unos a más y otros a menos altura de la cabeza según la forma y largo del cuello, y se encuentra poco a poco, desde luego, con el uso atinado hasta que la comprendan, y el jinete lo encuentra levantando una de las riendas del bocado, si es en línea recta cualquiera y si es en círculo la de afuera para levantar la cabeza.
Conseguido, se toca con el estribo, talón o espuela al pelo en la cincha para bajarlo (la espuela al pelo y en la cincha es el bajador por excelencia muchísimo más poderosa que los distintos bajadores o martingalas) digo estribo, talón o espuela dependiendo su uso del brío o sensibilidad del caballo que se monta; en ese subir y bajar cuando el caballo deja de cometer la falta citada es el punto neutro que conviene conservar o sea el tacto en la boca;
2º -Un motor.- La forma la parte posterior desde los riñones, y su dominio lo ejerce las piernas y espuelas, el bocado muy suavemente, actuando las piernas en combinación con los estribos, talones o espuela a la cincha, lo frena, es decir los posteriores van adentro bajo la masa.
Si esas ayudas se retienen en forma suave e intermitentemente no puede avanzar, está frenado; principio de concentración.
De esta actitud que se le ha colocado cambiando la espuela o talones hacia atrás de la cincha, se le acelera para partir la marcha hacia adelante, sin permitir que antes haya hecho movimiento de retroceso de uno u otro posterior, si lo hubiere hecho volver a la actitud de frenado y acelerar enseguida, conseguido: principio de impulsión . 

Lámina 1

Caballo “Atila” 1er. Premio en la Tercera Exposición Zootécnica Nacional en 1935. Propietario W. Rosell, Criador Luis Ganoza V., hacienda “La Encalada” Trujillo, Jinete tomado al azar. A más de su mecanismo descrito del caminar, obsérvese el levantamiento de espalda, libertad de pecho, cuello alto, línea de la vertical de la cabeza, riendas sueltas o sea sin apoyar, energía en su actitud, todo aproximado al equilibrio de la Alta Escuela. Enfrenado por el maestro Francisco González, en Trujillo.
3º -Un amortiguador.- que es el tercio anterior que solo se hace presente en la combinación del motor y el regulador;
4º -Una llave.- que viene a ser el riñón que permite frenar con su contracción y en su elasticidad o facilidad de movimiento, permite romper la marcha.
El vapor de este motor o su fuerza lo da el conveniente uso de frenar o romper la marcha con la atinada cadencia de la mano, pues el continuo uso del frenar y arrancar lo violenta; a mayor violencia mayor motor (principio también de impulsión).

Como se ve la importancia del motor-caballo está en sus extremos, cabeza y posteriores, ayudados grandemente o permitidos actuar por los riñones que sirven de bisagra.
Aceptado este principio o comparación en el que queda claro que el avance del caballo de paso es lateral, pues iniciado su movimiento con uno de sus posteriores que son el motor sale el anterior del mismo lado, y siendo así, paso a describir su andar o caminar.
Se mueve el posterior izquierdo y entra bajo la masa mandando la salida del anterior izquierdo, el posterior izquierdo toca tierra y el anterior está todavía en el aire, quedando el caballo, en apoyo diagonal o sea posterior izquierdo y mano derecha; el posterior derecho que quedó atrás se levanta para que al tocar tierra el anterior izquierdo entrar bajo la masa pisar o pasar la huella que deja el anterior izquierdo, así alternativamente. (Lámina Nº 1).

Con esta explicación solo me queda definir a continuación cada uno de los que llamamos "piso".
Primero: El "SOBREANDANDO".
Es el cual en su ejecución y taconeo al oído es más unido debido a la inmediata sacada del anterior con relación a la metida bajo la masa del posterior. Este paso es el de mayor actividad y constituye uno de los de mayor avance (siendo el más fácil de obtener artificialmente por un trabador).
Segundo: El "PASO LLANO".
De este hay varios y son:
a) "PICADO" El más difícil de llegar a diferenciar del "sobrenadando” pues solo se diferencia en un pequeño atraso del movimiento del posterior con el anterior, haciendo un pifiada y por esto agudo su taconeo y al caminar levantan la espalda y por consiguiente al tocar tierra lo hacen con mayor fuerza. El levantamiento de la espalda y golpe de la mano es muy visible a la vista y al jinete que lo monta.
Los caballos que dominan este paso son muy raros y los que lo tienen se presentan con las siguiente características: arrogantes con juego en el pecho y con la cabeza levantada, mucho entusiasmo. Todo esto producido por su natural alegría, impulsión o voluntad y deseo de caminar;
b) "EL GATEADO" Cuyo principio de ejecución es semejante al anterior diferenciándose de él por lo tranquilo y porte, por su suavidad y gran avance, así como es el piso que menos varía o nunca lo varía ya sea caminando despacio o a todo andar.
A propósito de este "piso" debo decir que en el Concurso a que me he referido al principio de este folleto, hemos visto tres animales que lo lucían: una yegua “Mariposa” del señor Santiago Acuña, y dos potros. Los potros "Limeñito" de los señores Aspillaga Anderson, y el "Príncipe" del señor Federico La Torre Ugarte (padre e hijo) que en su andar creo se les puede comparar con un nadador a brazadas contra la corriente, pues en el formidable caminar de estos caballos a más de verlos cogerse de la tierra en su gran avance, daban la ilusión que era la tierra la que se deslizaba bajo sus cascos.
c) “EL BOBO” Cuyo principio de ejecución es semejante a los anteriores y diferenciando de ellos por lo pausado, por el taconeo fuerte y porque en su porte llevan la cabeza más bien baja con pequeños movimientos de oscilación.
d) "EL GOLPEADO" Cuyas características son: atraso en la combinación de patas y manos que ha descrito y por ello fáciles de tomar la diagonalización (trote) gran levantamiento de las espaldas y mayor golpe en su actitud de los anteriores al posar tierra.
Estos caballos en la ciudad de Trujillo, los poquísimos aficionados a montar el de trote, que habíamos, nos servíamos de ellos a los cuales después de cortarle la cola (como se usaban entonces los de trote), y darles el aspecto de tales con el galápago y las riendas, los trabajábamos en la arena muerta del mar, cruzábamos terrenos surcados, etc., etc. Valiéndonos de estos medios los forzábamos sin pararlos salir al galope consiguiendo su diagonalización o sea el trote.
De los pasos hasta aquí descritos la superioridad de cada uno de ellos entre sí se resuelve al escoger el mejor por la soltura con que lo ejecuta, distinguiéndose ésta por la mayor metida bajo la masa de los posteriores lo que hace pisar o pasar la huella de los anteriores, salvo el caso del "Gateado" que como lo hemos visto es a brazadas posando las manos muy hacia adelante del aplomo no permitiendo que los posteriores lo alcancen; pero, siempre bajo el centro de gravedad.
Contribuye a valorizar cada uno de estos "pisos" a más de la soltura al ejecutarlo, el porte elegante y distinguido, la demostración de gran carácter, el juego de pecho, el recogido de manos, el arboleo, el bracear y todo aquello ejecutado con armonía y diremos con orgullo, por ser estos los únicos que lo ejecutan.
Dejo de describir el llamado "Aguilillo" por no considerarlo entre los "pisos” de valor, pues viene a ser un sobreandando menudito, sin ninguna elegancia.
CAPITULO IV. 
Equilibrio.
Antes de entrar a tratar de la enfrenadura, que desde luego me anticipo a decir que lo que al respecto se les enseña es muy poco, quedando reducido a: círculos, vueltas, medias vueltas, sentada y cejada, que concretándose, a eso en breve tiempo puede aprender, justificando sólo la demora de un año que acostumbran los chalanes para entregar los caballos educados a nuestra usanza, precisamente, a más de lo que llamamos "asegurado" que es estar en su piso fijo y definido, con la boca suave sin cargarse o apoyarse en el bocado. Esto viene a ser el equilibrio para lo que nuestros chalanes no tienen más recurso que el tiempo, eso justifica la demora.
¿De dónde nos quedó el equilibrio de la Enfrenadura de nuestros caballos...? ¿De la equitación española o portuguesa?

Yo no sé la influencia que pudo haber en el Virreinato de una u otra, mi concepto es que fue la portuguesa. La escuela española según la vimos con el gran “Cañero”, célebre rejoneador y desde luego equitador español, es su equilibrio en las manos, con cuello algo bajo desde luego espaldas también bajas, dominando la cabeza con las largas piernas de los bocados que usaba, y con esta actitud los posteriores o el motor sin estar constantemente bajo la masa por su poca elevación del cuello quedando derribados o sea apoyados hacia adelante.
En vez el elegante equitador portugués don Ruy Da Cámara, de fama sobresaliente En España y Portugal de quien he leído halagadoras críticas en periódicos de España, en que se le llama? "el caballista de todas las épocas”, dominaba la cabeza con la espuela al pelo y a la cincha sin usar el bocado, mandaba fuertemente y sostenía el motor bajo la masa con cuello alto a todo lo que daba el caballo, en una palabra tenia al caballo en toda la presentación entre las piernas y manos o sea en "alta escuela', perfecta y constante, que por aproximarse su actitud en el equilibrio a la actitud de nuestros caballos, es mi opinión que de allí nos quedó.
Ya que me he referido a la alta escuela, voy a describir muy lacónicamente prescindiendo de toda figura retórica, aunque el arte de la equitación (que viene a ser solo esta parte) para quienes poseen el don de escribir en prosa, es tema precioso que, con conocimientos técnicos, puede brindar a los lectores un placentero entretenimiento transportándolos en alas de la imaginación a los campos del ideal máximo.
La equitación como arte es llamada la más difícil de las artes, pues se ejecuta a diferencia del pintor, del músico o del escultor, con un ser animal de inteligencia y voluntad como es el caballo.
Como ya he dicho, creo necesario esta descripción porque juzgo que la actitud de nuestro caballo bien enfrenado es el de la Alta Escuela. siendo esta actitud o equilibrio más fácil de conseguirla en el caballo peruano por su nobleza a la vez que gran carácter, brillo en la boca y a la acción de las piernas, tacos o espuelas, dando facilidad para el tacto ecuestre porque sus avances son llanos, es decir sin el salto de la diagonalización del trote.
Bien, para describir este equilibrio de Alta Escuela, diré que al Paso, al piso o al galope o cualquier otro aire deben llevar la cabeza a la altura que su cuello le permita al jinete encontrar el punto neutro en el apoyo de la boca en el bocado, vertical la línea de la frente o un poco adelante, (Lámina 2).

Lámina 2

Contraídos los riñones en proporción a la altura de la cabeza, desde luego posterior al centro de gravedad, y por estos movimientos la espalda libre y marcada hacia arriba con expresión en sus músculos, ojos, orejas y metida de los posteriores, de gran carácter demostrado por el deseo de andar o impulsión natural o dada, indispensable para tomar esta actitud o equilibrio. 
Todo esto, armónicos con la monta del jinete completándose con esa impulsión, o deseo de caminar o estado de violencia no sea una defensa, permitiendo en ese estado al caballo a someterse no sólo a la acción de las ayudas materiales, sino a obedecer casi a la transmisión del pensamiento, llegando a entregar la mandíbula inferior¡ al contacto de la rienda, que el caballo nuestro lo manifiesta no por efectuar el saboreo del bocado con la boca seca en un abrir y cerrar la boca, es decir mover las dos mandíbulas continua y desordenadamente, sino subiendo y bajando el puente del bocado en busca de apoyo y con la boca húmeda.
En este estado al hacer el saboreo lo hace moviendo solo la mandíbula inferior. Como se comprenderá desaparece toda resistencia al bocado accionado por la mano, ya sea marchando directamente o al pedirles algún movimiento, al sentarlos y al cejarlos, quedando el caballo como se dice a voluntad del jinete o sea metido y dominado entre las manos y las piernas.
No hay que confundir esto que es enfrenadura con la no cargada, ya sea por falta de voluntad para caminar más ligero u obedeciendo al “piso" rítmico enseñado con las continuas paradas sin concentrar y llevando la cabeza delante de la vertical. Estos caballos así se les llaman "bien entablados" y no les corresponde el “bien enfrenados".
En todo lo anterior las riendas no deben estar cortas, sino flojas para permitir pasar la impulsión, pero siempre listas a establecer contacto, permitiendo así la libertad del cuello, con lo que se siente claramente crecer al caballo, pues da la sensación que se sube sobre las manos. Es entonces, y solamente entonces, cuando el jinete puede hacer la gala de cambiar las riendas por débiles cintas de papel. El equilibrio así descrito viene a ser el del caballo perfectamente enfrenado cuyas reglas de movimiento más adelante las daré.

Lámina 3

Caballo “Califa”.- Propietario, señor Fernando Reusche.- Hacienda “San Fernando”, Pachacamac. Enfrenador: Amador Carrera.- Montado por Eulogio Vilches.- (Bastante bien enfrenado dentro de los errores actuales).- Nótese el doblez del cuello, el entregar del hocico bajo, la pérdida de altura del cuello, su desequilibrio absoluto dando la impresión que si se le empuja de adentro puede caer. A este caballo lo he montado y a mi concepto tiene extraordinarias condiciones para una enfrenadura de lujo.

Referencias:
Guillermo Pinillos Llontop; Solar de las Calderas  

No hay comentarios:

Publicar un comentario