Por: Wenceslao Rosell Urquiaga.
CAPITULO
IX
Enfrenadura
o educación
Antes
de dar las reglas, debo decir que para entender y encontrar el placer artístico
de cabalgar, precisa primero que nada, comprender las reglas que rigen al
"caballo motor"; las leyes del equilibrio del caballo y del equitador
y de ambas juntas; la forma en que ellas se cumplen, ya sea en el caballo
nacional o en el de trote.
El
aire distinguido del animal, el movimiento rítmico y acompasado de sus
reacciones engendra el equilibrio artístico que hace del jinete y el animal un
solo todo armónico, proporcionado y elegante en el cual el hombre y el caballo
educado realizan el máximo efecto artístico con el mínimo de esfuerzo físico,
brusco, dañino, feo y peligroso a la vez.
Lamina
Nº 7
Diámetro
12 metros (Torno). Debe caminársele a una y otra mano, sin dejarlo salir del
circulo (rodarse) ni entrar al interior (robar), en los sitios marcados
quebrarlos solamente. El porvenir de un potro depende mucho de los
conocimientos y el buen gusto del chalán que lo educa, para saber sacar la
mayor ventaja de este privilegio del caballo peruano.
De
ahí desde las primeras sillas debe buscarse al animal el piso que más
fácilmente y con elegancia ejecute, para evitar la artificial y cultivar lo
natural, siendo del criterio que más se debe cuidar ésto al principio de su
educación, que la soltura con que lo ejecute, porque no es posible pedir que dé
lo que todavía no tiene; muchos creen cuando ven caminar un caballo
arrogantemente, que eso es suyo solamente, no concediéndole nada al chalán;
gran equivocación, pues si bien es cierto, como ya he dicho, que su natural es
el piso, la calidad de éste y su armonía se debe a quien lo educó.
La
falta de estímulo a nuestros chalanes, que si bien carecen de reglas técnicas
para educarlos, muchos tienen la vocación innata del jinete, el tacto ecuestre,
conduciendo entonces al animal con gran porte, el que al ser alabado por el
público, si el propietario está cerca dice: "Es de mi raza", expresión
simpática, debido al orgullo que siente por ser el feliz dueño de ese animal,
el orgullo como siempre ciega, y en este caso, sencillamente, conviene en ser
pariente consanguíneo.
Esta
falta de estímulo para el chalán de parte de los propietarios es igual a lo que
acontece con el público, y yo no sé por qué, cuando se trata del hombre y de
algún animal educado, valorizamos más a éste; por ejemplo: pasa un caballo en
magnífico piso, con actitud gallarda, con el equilibrio descrito y sale la
expresión: "qué rico caballo"; y si trabaja bien en la enfrenadura:
"qué hábil animal"; al hombre nada, a pesar de que el caballo está
abajo y el hombre está arriba.
Lamina
Nº 8
Cuando
ya están bien quebrados y caminan francamente en el torno o sea en el círculo
mayor, se les hace describir los círculos menores que coinciden con los sitios
donde se les quebró en el torno, el recorrido debe ser completo a cada mano.
Bien,
ahora voy a pasar de lleno a las reglas o ayudas que deben emplearse en su
educación, las que siempre se comienzan con el bozal y se continúan como-
intermedia en la educación con las llamadas cuatro riendas. Yo no quiero aquí
extenderme en explicar ni introducir reformas tan fundamentales en la casi sin
razón del uso del bozal, por lo que paso a describirlos.
1.-
"Caminar" Al sacarlo a caminar debe hacerse de frente y acompañándolo
a corta distancia otro caballo que lo amadrine.
2.-
"Quebrar" Cuando ya camina más o menos franco, de trecho estrecho se
le para y se jala la rienda derecha o izquierda sin brusquedad, presionando más
la pierna contraria.
El
jalado no debe ser de una sola vez, sino cediendo la mano a cada entrega que
haga procurando que lleve el hocico atrás de la pantorrilla. Todo esto en
varias lecciones hasta que lo haga a una y otra mano, a la menor solicitud. En
todo el tiempo que dure esta enseñanza debe ser en línea recta antes de pasar
al torno.
Conforme
avanza la embozalada y desde luego la educación de los distintos movimientos,
la jalada quebrada o recogida desde atrás de la pantorrilla, debe ser al
estribo y, de aquí, de punta a punta del pecho con lo que toma más
recogimiento, este trabajo lo señalo por ser costumbre, pues yo opino que
enseñar algo malo para después corregir, es pérdida de tiempo. Si a la
pantorrilla es mal hecho, y bueno al estribo o mejor a la punta del pecho, es
así como debe comenzarse.
Lamina
Nº 9
Preparación
de “8”. Siempre dando las vueltas en el círculo mayor y cambiando de
desplazamiento al cambiar de mano.
Desde
que la flexión o quebrada la efectúan ya alta a los sitios buenos indicados, si
se les quiere enfrenar en contraria, después de producida la llamada arrienda
coja directa debe acompañarse con la contraria lateralmente.
Por
las razones del desplazamiento del bípedo anterior con el uso continuo de la
rienda coja, al cojear es conveniente usar una y otra para corregir los
defectos de una y otra enfrenadura; pero al hacer una exhibición del caballo
enfrenado ésta debe ser sólo a rienda coja o sólo a rienda contraria, y no como
acostumbran cojear hasta que quiebren y después empujar con las contrarias
quedando deslucida, como he dicho, la exhibición por el empleo de las dos
manos.
3.-
"Torno" (caminar en círculo). Una vez que el caballo camina
directamente con franqueza y está quebrado, se le comienza a trabajar sobre un
espacio circular de diámetro grande (diez o quince metros) (Lámina Nº 5)
cuidando desde el principio que la segunda y sucesivas vueltas la hagan sobre
las huellas de la primera, no permitiendo que se abran (rodarse) con la pierna
de afuera, ni que se cierren (robar terreno) con la pierna de adentro. Así las
huellas del caballo deben describir una circunferencia lo más perfecta.
Lámina
Nº 10
“8”
(Este esquema como todos han sido hechos a compás, no quiere decir que se
recorra con esa perfección). Se da dos vueltas primero en el círculo y se
inicia al ocho haciendo el cambio de mano y desde luego de desplazamiento en
las marcas C. D. En los círculos grandes y chicos debe cuidarse el que no se
rueden o roben.
Cuando
ya caminen con libertad se les quebrará (o flexionará) en el círculo (Lámina Nº
7), siguiendo circulando, siempre al quebrarlos de afuera a adentro, si es a la
derecha, rienda derecha y pierna izquierda, y vice-versa.
Una
vez obtenido lo anterior en los sitios que se les quiebre, seguidamente se le
mandará describir círculos pequeños (Lámina Nº 8). Todo esto entrando a una y
otra mano, los círculos pequeños con las flexiones sin aguantarlos ni cerrar,
sino pedir y soltar simultáneamente, cuidando que no deje de caminar marcando
las cuatro patas.
Nuevamente
trataré del desplazamiento para indicar que no se deje de emplear, por ejemplo,
en el torno si es a la derecha desde que se toma la curva de la circunferencia
el asiento debe desplazarse a la izquierda tanto como sea necesario para poner
el cuerpo del caballo de acuerdo al círculo, la pierna izquierda un poco atrás
de la cincha y la derecha firme a la cincha; a la izquierda ayudas invertidas.
La pierna izquierda atrás evitará que el caballo ruede y su castigo los
concentrará.
Lamina
Nº 11
Doble
“8” Objeto suavizar al caballo e irlo preparando para el caracol, ejecutándolo
con las ayudas descritas.
4.-
"Ocho" Esto no es más que describir dos círculos unidos cambiando de
dirección precisamente en la unión, entrando por una y otra mano, a pesar de no
ser más que describir los dos círculos, bien ejecutados con la ayuda ya
señalada es el todo en la enfrenadura peruana. Ejecutando tal como se
acostumbra, sin el desplazamiento, es decir, sin modificar el equilibrio al
cambiar en el centro de mano, no da resultado. Bien efectuado es de suma
importancia, pues es el único movimiento. Como ya dije, que contribuye al
equilibrio (aparte de la sentada y cejada).
El
abuso del “8” suaviza indudablemente pero llega a la emborrachada a que me he
referido. Siendo, como ya advertí, de gran importancia, he preparado varios
esquemas y son: (láminas 9, 10, 11).
Como
todo trabajo debe iniciarse en el círculo mayor, que es en el que se comenzó la
educación, debe darse en ese mismo circulo, por lo menos, dos vueltas
completas, que éstas sirven para juzgar el porte del animal, es decir, piso
parejo sin variar; soltura: juego de manos recogido o arboleo; cuello alto;
cabeza bien colocada; línea vertical de la frente; contracción de los riñones,
recogimiento, concentración, rienda suelta, es decir, sin apoyarse en el bocado
y saboreo de éste, claramente en el equilibrio descrito; caminar franco en
espera de lo que se le mande ejecutar sin cometer los errores de rodarse y
robar terreno. En una palabra, es aquí donde debe juzgarse al caballo
enfrenado.
Lamina
Nº 12
Caracol.
Antes de ejecutarlo debe darse dos vueltas en el torno y cerrándolos cuidando
su piso y porte procurando que se entreguen lo más aproximado al centro y de
allí salir en el mismo piso describiéndolo contrariamente hasta llegar
nuevamente al círculo o sea al torno. Su ejecución a “caballo destapado” es la
misma, que en vez de entrar en piso se entra con toda velocidad posible sin que
haya trastrabillo.
Todo
entrando por la derecha, como ya he dicho, y con la salida respectiva,
cambiándolas en CD que quiere decir, cambio de desplazamiento. En los círculos
menores verdadero “8”, cambiando como siempre ayudas en la unión del espacio
comprendido entre C y D, entrando por una y otra mano como en todas las
figuras; caminar en el círculo mayor como ya se ha descrito, tomar los círculos
del “8" grande y ejecutarlo, seguir las flechas y ejecutar el “8"
menor.
Todos
los “8” bien ejecutados, como se comprenderá, equilibran y movilizan al
caballo, los hacen francos al caminar a la voluntad del jinete y atentos a
cualquier indicación, sin ser ellos los que a cada paso quieran cerrar.
5.-
"Caracol" Tiene por objeto desplazar y movilizar el anca (cuarto
posterior). Se ejecuta con las mismas ayudas del caminar en circunferencia
cerrándolo en cada vuelta hasta llegar al centro en el cual se provoca la
flexión con rienda coja o contraria; y se les deja rodar en su piso (si está
concentrado) y se les cierra.
Es
en este momento sólo cuando debe actuar la pierna interior con golpe de estribo
o taco, para hacerle botar el anca. Bien ejecutada esta figura deben entrar y
salir haciendo el mismo recorrido y en el mismo piso.
Los
errores de esta figura son también el rodarse y robar, y no cerrar en el
centro.
El
"caracol" se ejecuta también en el "8" (lámina 12).
Lamina
Nº 13
“8”
en caracol. Bien ejecutado es lo que más suaviza en la enfrenadura y es de
lucimiento. Su abuso origina la “emborrachada”. Puede hacerse también a caballo
destapado.
6.-
"Rastrillar" Se ejecuta a uno y otro posterior aprovechando si fuera
posible de una ranfla como el bajar de un puente, si es a la derecha,
conjuntamente se jala la rienda de este lado (después de haber buscado
contacto) seca y suavemente, se desplaza el cuerpo a ese lado metiendo la
montura con el asiento y riñones, teniendo las piernas firmes, soltando
enseguida; y a la izquierda las ayudas que corresponden así a ambos posteriores
hasta conseguir su metida. Este trabajo lo prepara para la sentada y cejada.
7.-
"Sentar" (parar) Es como lo anterior con la metida de ambos
posteriores las ayudas del rastrillar actuando bastante hacia el centro de la
montura. Esta y el ajustar las piernas a la cincha deben presidir a las
riendas.
Si
fué desde el principio de la educación bien empleado el desplazamiento, es aquí
donde se nota su utilidad.
Lámina
Nº 14
El
“6”. Cuyas reglas de ejecución ya se han dado, y debe ejecutarse como todo
después de haberles paseado por el círculo en dos vueltas, realizándolo a una y
otra mano.
8.-
"Cejar" (paso atrás) Una vez que el caballo sabe rastrillar, se le va
pidiendo un paso atrás después de haber parado con las ayudas del rastrillado,
cediendo siempre las manos, es decir, que éstas no tiren o jalen continuamente
sino cada vez que se mete la montura.
A
pesar de ser un movimiento retrógrado, bien ejecutado debe ser diagonalizado,
aquí también la utilidad del desplazamiento.
Cuando
el cejar lo hace moviendo conjuntamente la pata y la mano del mismo lado
(lateralmente) disminuye a la vista la talla del caballo y se le quita
movilidad o sea salida rápida, pues no hay concentración.
TRABAJO
A CABALLO DESTAPADO
Cuando
todo lo anterior se efectúa con tranquilidad, recogimiento, etc., etc., a la
menor indicación, se inician éstos, que son la prueba definitiva de la
terminación de la enfrenadura, es decir, que el caballo es de toda confianza,
está seguro.
Siendo
el primer movimiento en "caracol”, dando dos vueltas en el círculo mayor
en piso, se manda fuertemente haciéndolos arrancar pasando en su velocidad a un
galope destapado. Hecho ésto a las dos manos, desde luego llegando a cerrar en
el centro, se hace el “8”, en la misma forma, por supuesto a menos velocidad
por ser los círculos menores.
La
velocidad en el arranque y al cerrar, a más de la buena actitud, sin
descomponerse, que es la buena enfrenadura, depende del brío y de la ligereza
del animal.
Prueba
fuerte, pero necesaria es el “6" (Lamina Nº 14).
Después
de dar dos vueltas al círculo en piso, se entra por el 1, en el 2 se sienta y
se ceja hasta el 1, de aquí se arranca a toda velocidad posible hasta el 3,
donde se le cierra entregando. Hecho esto a una y otra mano es el dominio
absoluto del caballo y donde más indispensable se hizo el desplazamiento.
Con
el exceso o abuso del trabajo anterior se corre el riesgo de acuñar el piso.
Esto se corrige con las siguientes ayudas: al sacarlo a caminar conjuntamente
se ha de mover el asiento de uno al otro lado, acompañándolo de golpecitos
respectivos en el costado con los estribos. (A propósito de esto, no dejaré de
indicar que ha habido jinetes que efectuaban esto aún poco más atrás de la
cincha, produciendo cuando querían un sonido fuerte, y más, cuando el caballo
estaba sudado; esto se llama planetear).
Cediendo
la mano se repite, y si se aprovecha una bajada, por insignificante que sea, su
resultado será de gran ayuda.
Siempre
se llega a la terminación de una inteligente combinación de las ayudas
descritas más adelante de este folleto, tales como: manos, desplazamiento y
piernas.
Al
profano en equitación le es muy difícil captar esto de las ayudas en forma
detallada, y apreciar la armonía entre ellas y lo que el caballo ejecuta. Las
ayudas entran en toda acción o movimiento del caballo, las que sólo se dejan de
emplear cuando no se les monta, pues aunque hemos dicho que la educación se
efectúa en un año, ésta sólo deja de realizarse cuando el caballo está sin
jinete, de aquí que buenos caballos, bien enfrenados pasan a manos de personas
no conocedoras y a poco tiempo su enfrenadura y su piso están destruidos.
Olvidaba
referirme a la espuela y ésta debe usarse casi al mismo tiempo que el bocado,
acostumbrándolos poco a poco a ellos, pues los toques primeros deben ser muy
suaves y no repetidos para evitar el peligro del coleo.
Cuando
se emplea como castigo, deben ser aplicadas hacia atrás y con fuerza,
produciéndose las rasgadas de gala. Debe tenerse presente el dicho muy antiguo:
“que a mejor caballo, mejor espuela".
Nota.
Las cuatro riendas o sea bozal y bocado debe iniciarse cuando la educación del
bozal esté avanzada y trabajen bien en el torno, quiebren, paren sin sentar o
rastrillar (este trabajo se debe iniciar con las cuatro riendas, desde luego al
principio sin que sientan el bocado).
Las
riendas del bocado al comenzar deben ir sueltas, sin actuar, para impedir se
acobarden con la sensibilidad de los llamados "asientos", y poco a
poco al ir trabajando en los "8" y "caracol" deben ir
haciéndose presente cada vez más quedando a la larga la falsa rienda o bozal
sólo como correctivo.
Después
desaparece el bozal, siendo reemplazado por la gamarrilla, que une la boca y en
su memoria teman al correctivo. A propósito de haberme referido a los
"Asientos", éstos son el espacio comprendido entre los molares y
colmillos de la mandíbula inferior, su más o menos sensibilidad es lo que
determina lo que llamamos con brío o lerdos a la boca.
Cuando
aún caballo se le quiere abreviar en la enfrenadura para una exhibición, la
víspera o antevíspera se les rompe los "asientos" haciéndolos
sangrar, ejecutándolo con el puente del bocado o cambiando éste por una tira de
cuero, se busca el contacto y por el tacto del jinete se sabe que se está en
los "asientos", dando entonces un tirón tan fuerte como sea necesario
y rápido.
Esto
nunca debe hacerse teniendo las riendas sueltas, sin contacto, porque su efecto
sería dañino, produciendo las sofrenadas tan temidas, las que en lugar de
retener la vertical, se salen de ella.
Cuando
se quiere enfrenar a rienda contraria, ésta se va marcando su actuación desde
que comienza a usarse el bocado; al principio, como es natural, prescindiendo
la directa o coja, seguido del desplazamiento, así progresivamente hasta que
obedezca a ella, siendo cada vez más suave y breve el uso de la directa,
usándola con pequeños, recogidos y rápidos, o golpes con la mano libre hasta
que no sea necesario.
Ya
he explicado que el trabajo diario debe usarse de una y otra rienda para evitar
el desplazamiento exagerado de la espalda.
Jurado
Las
apreciaciones de éstos y su puntaje en cuanto a constitución debe tener
presente la característica ya descrita en el capítulo II, que como puntaje en la
clasificación, a mi concepto, si no hay profundas desconformaciones, debe ser
menor que el de la calidad del piso, suavidad, elegancia, etc., puesto que esta
es su verdadero distintivo, y en lo que respecta a enfrenadura cuidar las
reglas que ya se han dado y exigiendo que se trabajen con una sola mano si es a
rienda contraria, cogiendo las riendas parejas en la mano y éstas de abajo
hacia arriba, y si es a rienda coja la mano de arriba a abajo.
A
la talla debe dársele un gran valor.
Son
de castigo todas las rodadas y robadas á las que me he referido así como el
cerrar sin que se les pida, el abrir la boca al sentarlo y el cejar no en línea
recta y sin diagonal izar el paso y con la cabeza completamente tras la
vertical o sea encapuchado.
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